Mi carne no puede salir del rincón
la pared me solidifica junto a ella,
estoy tratando y quebrando
ladrillo por ladrillo,
hueso por hueso,
desojando mis células.
Desgarro mi piel viva
para escapar de esta terrible quietud,
sangre y latidos resquebrajan todo.
La cara se me desdibuja y
entre lágrimas y horrores
se me pierden labios y ojos.
La vejez dibuja otro rostro
segundo a segundo rejunto la línea que me contiene,
para no desaparecer.
martes, 18 de diciembre de 2007
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9 comentarios:
Ni se te ocurra desaparecer, que quiero seguir leyéndote...
Besos y buenas fiestas
Arriba el ánimo amiga! que mañana es Navidad, la Fé se renueva y la vida te dá más oportunidades de renacer.
Te mando un beso grande!!
Juan Pablo
Mis mejores deseos para el 2008.
Feliz año nuevo!
un abrazo.
Vengo con una copa de absenta en la mano para desearte que este nuevo año el cielo te eleve hasta donde quieras llegar.
Emparedar el cuerpo es una imagen desgarradoramente emocional en este poema, amiga.Habremos de recuperar el instinto animal...
Un abrazo y un felíz año nuevo para ti.
Laura, recuerda que desaparecer puede ser la cosa más gratificante de la vida.
Un beso.
Lau, te aviso, tu post está por cumplir un mes...
;)
Besos
Muy buen poema.
Entra a www.kalaeditorial.com hay una seccion donde puedes proponer tus poemas.
Un abrazo.
Damian
La vejez dibuja otro rostro, jaja see es verdad la inocencia disimulada tambien
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