Latido

Los días pasan a través mío y no puedo olvidarme ni de las estrellas, ni del mar, ni de la arena, ni del silencio de mi cama. Siempre guardo entre mis manos un temblor, una tibieza encontrada atrás de una taza de café con leche. Trato de repetir sensaciones y plenitudes, trato de buscar un latido, El lATIDO, lo oigo, casi.... De repente todo se hunde en la vorágine de los días turbios, en un eterno escurrir de sangre y ojos cerrados.
Por eso, hoy, a mil años luz del placer de vivir, escucho música que me atraganta, música que escucho a toda potencia para entreverarme en sus notas, notas de piano de una canción de cuna, rock vibrante, voces de vinicius que tanto me abrazan y camino pasos transitados, huelo el otoño, las pasiones mías e imagino.
Y así, sin darme cuenta, me duermo otra vez.