Hoy he decidido recalcularme, hacer un balance de la horas que me quedan de vida. Meterme dentro mío y viajar por la magia que nos da la vida, latir con el corazón bien ancho. Mirar alrededor, bajar los pies de la cama y ver paredes, piso y manos. Detenerme en la tan queridas manos que tanto amaron, acariciaron, discutieron y desgararon. Sentir los ojos vivos en el cerebro y tratar de mirar sólo este día, hoy, aunque todo esté rodeado de vacío, aunque las caras de alrededor ya no me digan nada. Respirar hondo y caminar, sentir ese gusto amargo y rancio de la mañana y empezar todo otra vez, aunque sea de cero, aunque todo sea una repetición eterna, aunque sea el último día de mi vida.
miércoles, 21 de marzo de 2007
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12 comentarios:
Sigue siempre mi lema:
"Hoy es el primer dia del resto de mi vida".
Asi viviras intensamente el presente y te sorprendera el futuro.
Buena e interesante reflexión.
Un abrazo.
Siempre estamos comenzando, para no llegar... joo. quiero dejar
besitos. hoy no tengo mas
Siempre hay algo bueno para ver y no me recalcules límites vitales.UN abrazo
La vida es muy compleja.Hay tanto en juego....tanto que podría apostarse....tanto que perder si no se hace.
Un beso.
Estoy con Al. Hay que vivir cada día como si fuera el último. ¿Tú que harías si fuera el último, Laura?
al, trataré de seguir tus consejos. Un beso.
itoitz, gracias. un abrazo.
muxica, es difícil empezar a veces. Un beso.
Fiore, si tú lo dices.Un beso.
Vade, cierto muy cierto. Un beso.
bettina, si fuera el último lo viviría con mis hijos y ñetas, simplemente, tal vez soplando velitas. Un beso.
Siempre es positivo hacer un balance de las experiencias, de los recuerdos, de lo bueno y de lo malo.
Un beso, Laura.
Cada día es un nuevo reto, y desde luego te quedan muchos por vivir.
Un beso
cada dia es un reto ... nada mas un abrazo
Javier, siempre aprecio tus comentarios. Un abrazo.
Calma,garcias mil gracias por tus deseos. Un beso.
María, y sobretodo un reto diferente. Un abrazo.
"La vida sigue como siempre golpeando. Y doliendo. Hay días en los que consigo tomármelo con calma, me digo: ¡Qué se le va a hacer!. Y me levanto, y friego los platos, doblo la ropa, salgo a hacer ese encargo que hace tiempo está pendiente... Repitiéndome que ya llegarán tiempos mejores. Que incluso llegan ya, a ratos, intercalados como envíos misericordiosos. Otras veces el dolor llega con demasiada fuerza, la cuesta se hace demasiado empinada; siento que no puedo... Y me paro, volviendo a cerrar los ojos para intentar no sentir. Y caigo. Y me levanto. Una y otra vez. Pero acabo encontrando en mí un resquicio de fuerza y valentía. Y tiro de ella. Aprieto los dientes, miro de frente al dolor... Y vuelvo, a pesar de todo, a dar un nuevo paso hacia adelante.
Los primeros son pasos muy cortos y cansados; lentos, a trancas y barrancas. Y pesados. Muy pesados. Y poco a poco, tiempo a tiempo, los pasos son ya algo más largos, aunque inseguros; el aire, a través del dolor, más respirable. El horizonte algo más claro a pesar de la tristeza... Y de pronto te encuentras con que caminas más ligera, que a veces, hasta sonríes... Unos días coges el aire a bocanadas, otros a sorbitos. Ahora lo expulsas en suspiros, ahora enfadada, un resoplido... O serena, respiras suavemente. Y duele. Y te permites un llanto desahogado.
Continúa cierta la tristeza, pero aún así, respiras hondamente, lo sientes todo... Y sigues dando pasos. Y son pasos seguros, porque ahora, lo que importa, no es que duela... Lo que importa es que vives.
Planto seguro el talón en tierra firme, mi tierra cuajada por las lágrimas vertidas. Y a veces, curiosa, me asomo de puntillas para intentar ver más allá del horizonte que me encuentro. Porque si puedo, quiero hacerlo yo más ancho, más extenso. Que mis ramas alcancen aún más alto el cielo.
Es cierto: duele. Pero también es cierto que en cada historia, se encierra otra muy llena de esperanza. Sólo hay que dajarla salir. Y que crezca. De puntillas hacia el cielo".
Así ha de ser Laura, a pesar de ese regusto amargo de la mañana, seguir dando pasos. Aunque hoy sea sólo subir un peldaño. no mires arriba de la escalera: el peldaño de hoy: basta con ese.
Un abrazo
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