Hoy, sin motivo aparente, me levanté con alegría. Con esa tonta cosa que se llama felicidad chiquita. Me hice un café, escuché música, toqué mis plantas y miré desde mi azotea el mar. El sol fuerte empezó a invadir todo y me permití recordar alguna que otra cosa placentera. Hoy, he decidido, quedarme en esta pausa del tiemo.
miércoles, 24 de enero de 2007
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5 comentarios:
Me alegro mucho de tu pequeña alegría!Me gusta lo que estás escribiendo.Beso
gracias fiore, no todo es negro
laura, ¡qué maravilla de días cuando la suave brisa nos trae ese dulce estado!
Por cierto, ¡qué suerte tienes de estar frente al mar!!!
Un abrazo.
Laura, el otro díame preguntaste que como era..., si ves en mi archivo de la página, entre los diez o quince primeros post, me autodefiní algo. Perdona por la contestación tan "chatera"... No creo que te importe si soy rubia o morena...No quieres ligar conmigo, ¿no? jajajajajaja... en sintonía con tu estado de gracia de hoy.
Qué bueno, qué bueno, qué bueno Laura!!! Descansaste y la mariposa se plantó en tu hombro. Buena onda, eso es lo que refleja hoy tu blog. Que siga así!!!
Estoy empezando a disfrutar de esa felicidad chiquita de la que hablas...
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